¿Cómo afecta a tu seguro de vida tener hábitos saludables?

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14/04/2025

Los avances en la ciencia médica de las últimas décadas nos han abierto los ojos sobre los efectos negativos que determinados hábitos tienen sobre la salud de las personas. Prácticas como tomar bebidas alcohólicas, fumar cigarrillos o llevar una vida sedentaria, estaban totalmente normalizadas y hoy se perciben como actividades perniciosas para la salud que reducen drásticamente la esperanza de vida y son causantes de graves enfermedades. A continuación, te explicamos cómo afecta a tu seguro de vida tanto los hábitos saludables como aquellos que no lo son tanto.

Las ventajas que aportan los hábitos saludables

Cuando un cliente decide solicitar la suscripción de un seguro de salud, uno de los requisitos que pone la compañía aseguradora es la cumplimentación de un cuestionario de salud en el que preguntan al candidato no sólo sobre su historial médico sino, también, en relación a sus hábitos y cómo estos pueden afectar al bienestar del asegurado. De esta forma, la entidad puede hacer una valoración correcta del riesgo que va a asumir, decidir si acepta la solicitud de seguro y, en caso afirmativo, fijar la prima adecuada.

Pero, desde el punto de vista del cliente, ¿hay alguna ventaja si el asegurado tiene unos hábitos de vida saludables? La respuesta es que depende de cada compañía establecer su política de bonificaciones y penalizaciones, pero lo cierto es que ya hay muchas entidades que tienen en consideración este tipo de factores para premiar o penalizar a sus asegurados a la hora de establecer el precio del seguro de vida.

En la actualidad, el tabaquismo, el alcoholismo, la adicción a otro tipo de sustancias o llevar un estilo de vida sedentario sin practicar ejercicio físico de forma regular son cuestiones que las aseguradoras tienen en cuenta al hacer su análisis del riesgo. Cada uno de estos hábitos va sumando y tiene un efecto directo en el coste final del seguro; si se combinan varios a la vez, la repercusión sobre el precio será aún mayor.

Por otro lado, si el cliente lleva una vida saludable, activa y alejada del consumo de productos perjudiciales como el tabaco o las bebidas alcohólicas, no solo será un candidato con mayores posibilidades de obtener el seguro que desea, sino que lo obtendrá a un precio sensiblemente inferior a cualquier otra persona con costumbre menos salubres.

Sin embargo, conviene matizar que este estilo de vida saludable no es algo que sea significativo sólo en el momento de contratar la póliza, sino que debe ser algo que el asegurado mantenga en el tiempo durante la vigencia del seguro. Si las costumbres del asegurado cambian, debe notificarlo a su compañía de seguros. Así, una persona que empiece a fumar tras adquirir el seguro, incrementa su consumo de bebidas alcohólicas o tiene alguna adicción a medicamentos, tiene que comunicarlo para que la aseguradora vuelva a evaluar el riesgo y establezca una nueva prima.

La aseguradora, aliada en los hábitos saludables

En los últimos tiempos, algunas compañías aseguradoras han optado por impulsar activamente la adopción de hábitos de vida saludables entre sus clientes. De hecho, hay entidades que empiezan a poner en marcha programas en los que, a través de aplicaciones para smartphones, los asegurados tienen acceso a planes de ejercicio físico personalizados con el asesoramiento de especialistas, a dietas saludables elaboradas por nutricionistas o, incluso, a profesionales y a recursos destinados a cuidar la salud mental.

Hay aseguradoras que, también, han puesto en marcha experiencias por las que premian económicamente a sus clientes si estos realizan una actividad física. A través de aplicaciones móviles y de las cada vez más populares pulseras de actividad física que miden los pasos realizados, las calorías consumidas, la distancia recorrida, etc., la aseguradora tiene conocimiento del ejercicio que hace su cliente y, si alcanza los mínimos establecidos le concede diversas recompensas.

Estos premios pueden ser regalos o promociones exclusivas, descuentos en la renovación de la póliza o bonificaciones al contratar otro tipo de seguro con la misma compañía. Por medio de estos dispositivos, la aseguradora puede ir poniendo nuevos retos al usuario que, si los supera, no sólo obtendrá la recompensa prometida, sino que verá mejorar su estado de salud.

Este tipo de iniciativas están encaminadas a lograr un enfoque proactivo también los clientes que, con pequeños cambios en su estilo de vida, pueden lograr beneficios tanto económicos como personales. Se trata, por tanto, de trabajar en la prevención, un aspecto que cobra cada vez más importancia en la medicina del siglo XXI.

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